01 agosto, 2006

Otro agujero negro en los "agujeros negros": La verdad sobre Gráficas Bilbaínas
Los famosos "agujeros negros" del 11-M son, probablemente, la mayor impostura del periodismo español de las tres últimas décadas. Es terrible observar cómo se manipula a los ciudadanos, presentando datos descontextualizados u ocultando descaradamente otros.Entre las historias publicadas por El Mundo, una de las más delirantes aseguraba que los primeros policías que llegaron a la furgoneta Kangoo de Alcalá la mañana del 11-M vieron una tarjeta de visita del Grupo Mondragón. Una vez más, se trataba de darle un toque euskaldún al asunto para vincular la masacre terrorista con ETA. La Policía desmintió la existencia de tal tarjeta y aseguró que lo que había era una cinta de música del Grupo Mondragón, y que la tarjeta era de una empresa llamada Gráficas Bilbaínas.Como el nombre de "Gráficas Bilbaínas" es igual de vasco que "Grupo Mondragón", la lógica dice que en principio debería servir de igual forma a El Mundo para su campaña de intoxicación. Y, sin embargo, el gran diario investigador no publicó ni una línea sobre los dueños o administradores de Gráficas Bilbaínas. ¿Qué raro, verdad? Demasiado raro. Así que parecía oportuno echar un vistazo a dicha empresa. ¿El resultado? ¡Eureka!Gráficas Bilbaínas inició su actividad el 21 de enero de 1991, se dedica a la impresión y siempre ha tenido su sede en Madrid. Desde el año 2000, su administrador único es Luis Mateos de Vega. ¿Y quién es este señor? Pues una búsqueda en Google muestra que hay un Luis Mateos de Vega con una interesante trayectoria política: ocupó el séptimo puesto de una candidatura a las elecciones autonómicas de Madrid (pdf) en 2003; se presentó por el mismo partido como cabeza de lista en Melilla a los comicios generales (pdf) de 2004 y figuró en el noveno lugar de una candidatura a las elecciones al Parlamento Europeo en 2004. ¿Y de qué formación se trata? Pues nada menos que Democracia Nacional, una organización de extrema derecha.Llegados a este punto, hay que plantearse una pregunta clave: ¿el administrador de Gráficas Bilbaínas y el candidato de Democracia Nacional son la misma persona? Porque hay muchos casos en que coinciden el nombre y los dos apellidos de diferentes individuos. Una forma de solucionar la duda es acudir al censo. Pues bien, en el censo sólo figura en toda España un Luis Mateos de Vega, nacido en 1967 y cuya dirección coincide con la sede de Gráficas Bilbaínas. Quedaría una remota posibilidad de que ambas personas no fuesen la misma, y es que existiese otro ciudadano de idéntico nombre que no estuviera censado. Ciertamente improbable.Cualquier periodista que se dedique a la investigación tarda exactamente 15 minutos en comprobar los datos anteriores. ¿Qué ha ocurrido entonces con El Mundo? En teoría, hay dos posibilidades:1) No se tomaron la molestia de saber quién estaba detrás de Gráficas Bilbaínas. Esto, en la práctica, es absolutamente imposible. Serían unos pésimos investigadores, y ellos presumen de ser los mejores.2) Investigaron la empresa y, cuando descubrieron el dato, decidieron ocultarlo a sus lectores. Porque claro, que el administrador de Gráficas Bilbaínas sea un destacado militante de un partido de extrema derecha, no sirve para alimentar la teoría de que ETA estuvo detrás del 11-M.Y, ahora, la pregunta del millón: en caso de que el administrador de la empresa hubiera sido un militante de Batasuna, ¿habría informado El Mundo sobre ello? Pues todos sabemos que, a estas alturas, se habrían escrito cientos de páginas y el PP habría presentado decenas de preguntas en el Congreso. Pues a esa forma de actuar se le llama, en periodismo, manipulación.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hay por favor, nos vas a meter a leer por "cojos" el diario de mayor tirada nacional... algo más fresco y de verano por favor. opiniones propias, resume un poquin.

Anónimo dijo...

que sepais que no lo he sacado de el pais si node un blog...

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